martes, 21 de septiembre de 2010

Yo, yo, yo...

Antes de contar lo que vengo pensando, voy a usar algunas situaciones de ejemplo para plantear mi punto.
Situación 1:
- Amigo A: y qué pasó?
- Amigo B: corté
- Amigo A: uh, en serio? por qué?
- Amigo B: nada, no daba para más.
- Amigo A; ah. A mí me pasó lo mismo te acordás. Sabés qué hice?...

Situación 2:
- Z: cómo te fue en el exámen?
- X: no sé, estaba difícil.
- Z: sí viste. Yo la primera la contesté...

Situación 3:
- A: estás laburando?
- B: no, no encontré nada.
- A: ah no? Que bajón. El año pasado yo estaba en la misma...

Buah. Se entiende a dónde voy?
A ver: es algo propio del argentino o es de tooodo el mundo esto de querer siempre contar lo que le pasa a uno?

Hace tiempo que me lo vengo planteando y la verdad que logra irritarme. Puse esos ejemplos bastante pedorros nada más que para ilustrar.

Es increíble. Pareciera que a veces preguntamos para que nos pregunten. Ojo, de esto no se salva nadie, ni quien les habla/escrible.
Lo que sí puedo decir es que me volví consciente. Es algo que se puede trabjar. Es impresionante cuando te das cuenta que le preguntaste algo a alguien y sin que haya terminado su respuesta lo interrumpiste para dar tu experiencia al respecto.

Esto pasa desde en una charla cotidiana, de café, de tren, hasta en grandes debates entre políticos e intelectuales. Escuchamos pensando en cuál será nuestra respuesta. Preguntamos sin interés real. Pareciera que el fin último de cada conversación es que el otro sepa de mí, de mi historia, de mi testimonio.

Tarea para el hogar: prestá atención cuántas veces hablás (o terminás hablando) de vos sin que te lo pregunten. Tratá de reconocer cada vez que, luego de que la otra persona diga algo, tu respuesta comienza con un "Yo" o "a mí"...

Escuchemos. Podemos aprender mucho si dejamos de mirarnos el ombligo.

18 comentarios:

  1. queee dificiiiiiil... es verdad, nunca me lo habia planteado así, pero pasa.. muchas veces siento que no escucho y que no me escuchan. El tipico "gracias por escucharme" o el "me gusta porque simplemente me escucha" se van desvaneciendo bastante rápido.

    Muchas mujeres nos quejamos de que nuestro chico/novio o lo que fuere "me escucha pero no sabe que decirme".. pero yo pregunto: realmente necesitamos esa acotación del otro o con desahogarte y que te escuche alcanza?

    Lo mismo al revés..¿sieeeeempre nos pasó algo parecido a lo que nos están contando que creemos tener la posta y el consejo justo para darle a esa persona? Quizás por primera vez sea más fácil escuchar que recordar anécdotas para ver con qué momento de tu vida comparar lo que te dicen o qué ejemplo poner a modo de ilustración..

    Ojo, también creo que hay muchas veces que nos es más fácil salir de nosotros mismos y ver nuestro problema o cuestión reflejado en otro. La opinión ajena nos da otra perspectiva de las cosas, otro enfoque que seguramente nos ayude a encontrar una solución, y hasta podemos aprender de la experiencia de los demás, hayan resuelto bien o mal.

    El problema está cuando tus ganas de contar tu experiencia personal, tus grandes descubrimientos sobre un tema y el querer acotar siempre se anteponen a lo que te está contando el otro... no dejás terminar porque ya lo estás relacionando con un hecho de tu vida que se te vino a la cabeza en el momento de la charla y decidís compartirlo como si todos los conflictos debieran resolverse como lo hiciste vos en ese momento...
    sin darte cuenta de que quizás en vez de ayudar al otro y nutrirlo con tu "experiencia", lo estás perjudicando al no dejarlo hablar ni expresarse como era su intención inicial.

    La clave estaría en buscar el punto justo entre lo que te pasó y lo que le está pasando a quien te habla, a modo de buscar juntos una solución, aunque esta sea que vos te calles y simplemente escuches con atención, sin pensar en lo que vas a decir al respecto ni sin querer buscar una solución inmediata.

    Quizás la necesidad más grande que te plantee el otro sea la de ser escuchado, y vos, como todos, estés tan ocupado buscando una solución desde tu punto de vista que ni te des cuenta que con hacer silencio y sebarle unos mates le estás dando lo que buscaba; que lo escuchen, y punto.

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  2. escribí un comentario y lo borraron

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  3. y me costó escribirlo...así que lo escribí de vuelta

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  4. Yyy.. no estoy muy de acuerdo.. la verdad que no me parece ni un problema ni algo que debamos cambiar. O sea, me parece perfecto que cuando cuento algo, la otra persona pueda ponerse en mi lugar y me pueda dar su opinión (“para mí”: tal cosa) o su experiencia (“yo”, “a mí”). Creo que ahí está la diferencia en nuestras opiniones: en el punto de vista que tenemos de la situación. Por lo que entiendo, vos lo ves como una cuestión de ponerse a uno en el foco de la cuestión desplazando al otro en lo que nos está contando. Mientras que yo lo veo más como una forma de ver cómo a partir de nuestra experiencia podemos aportar a la conversación. Porque para mí las conversaciones se tratan de eso: de un diálogo, de una relación dialéctica, en la que ambos nutren y se nutren de la conversación, y no es que sólo uno influye en el otro. La finalidad de el “yo” y el “para mí” creo que se trata de sumar a la charla, y no de un acto egocéntrico. Pasa a ser egocéntrico cuando uno se vuelvo monotemático hablando de uno mismo, pero no cuando ambos están intercalando opiniones y experiencias.

    Yo veo más como un problema al tema de la ansiedad. La ansiedad a veces hace que cuando estamos escuchando a alguien, ya estemos pensando en lo que le vamos a contestar, y muchas veces terminamos diciendo algo que nada que ver con lo que proponía el otro. Entonces es como que con tal de armar la frase que vamos a decir, no prestamos atención a lo que nos dicen. Con tal de que no se produzca un silencio incómodo luego de que el otro termine de hablar y hasta que nosotros contestemos, terminamos hundidos en una charla de sordos. Una charla está buena cuando se van entrelazando los temas, y no sirve que sea una simple suma de frases.
    También pasa que estamos ansiosos con lo que queremos decir, entonces tenemos la cabeza en eso que tanto queremos contar, y a veces esto hace que no sólo no prestemos atención al otro, sino que también estemos esperando al mínimo momento de silencio para cambiar de tema. Una vergüenza.

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  5. y sigue:
    La ansiedad y la falta de atención, dedicación y entrega al otro, hace que no logremos detectar lo que el otro busca implícitamente con lo que nos está contando: una ayuda, una sugerencia, una respuesta de apoyo, compasión, una experiencia, un llamado, una visita, un abrazo, o un simple oído; o bien generar algo “en el otro” y no “desde el otro, hacia mí”, como por ejemplo hacer que se dé cuenta de algo que le pasa y que uno piensa que con lo que uno le cuenta lo puede ayudar ver cómo son las cosas. La realidad es que cuando charlamos con alguien es por una razón, más allá de que sea por un tema puntual o sólo por hablar un rato con alguien que queremos. La razón es saber qué es de la vida del otro y/o contarle qué nos pasa a nosotros, y lo hacemos con alguna u otras de las intenciones que nombré antes como intenciones implícitas. (A ver si me explico: ¿por qué hablamos?, para preguntar por una o más cosas y/o para contar una o más cosas; y ¿para qué hablamos? eso generalmente no se dice, se busca que el otro lo capte por sí sólo).
    Al ser 2 o más personas las que componen una charla, las razones e intenciones para charlar abundan. Solemos tener muchos temas de los que queremos hablar, o también por qué no, el otro suele tener muchos temas que quiere tratar con nosotros de los que uno puede no tener el más mínimo interés en hablar. Y asimismo, lo ideal es darle a cada tema el lugar que se merece. Por más de que sea el peor tema del mundo, buscarle la vuelta, ponerle onda. Tomarse turnos para exponer temas y dejar que la conversación lleve a donde tenga que llevar.

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  6. Bueno. Voy a tratar de ordenar una respuesta.

    Primero, nunca borré un comentario. Justo un amigo me acaba de contar que el había dejado un comentario y no lo encontramos. Ni idea que será lo que pasó. Esta página la conocen 2 personas con suerte, así que lo último que haría sería borrar una opinión.

    Respecto a los comentarios de "anónimo", que me encantaría que firme dado esta página se la pasé a pocas personas, claramente no coincido con lo primero pero sí me gustó lo segundo: lo de la ansiedad.. es tal cual.

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  7. tu bendita página borró el brillante final (lo subo en 2 tandas porque lo sigue borrando):

    Por último, creo que hay días en que uno tiene muchas cosas para contar, o una cosa muy importante que comunicar. Y está bueno poder escuchar a una persona cuando su día fue tan bueno y lleno de sucesos, o tan malo y lleno de desgracias, y poder reírse de lo que le pasó, aconsejarle, felicitarlo, alegrarse, acompañarlo, etc. “Hoy por ti, mañana por mí”. Además uno ya se está nutriendo con el hecho de compartir la charla con alguien que lo eligió para contarle todas esas cosas, hay que saber valorar el momento de la charla también; no sólo importa quien habla más o menos de sí mismo.

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  8. PD: lo de que esto de hablar de uno es típico del argentino: mentira! Toooooodo el mundo. No todo el argentino es igual, ni es algo que sólo se dé en charlas de argentinos. Basta de bardear al argentino genteee. ¿Vos no eras el que decía en otro post algo así como: me cansé de las frases armadas tipo “esta generación está perdida” o "y bueno, es Argentina, qué esperás?" ? Sin intención de bardearte lo digo eh, lo digo medio en tono irónico para que veas que caíste en la misma de generalizar. Incluso tu blog se basa en contar lo que a vos te pasa y lo que vos opinás, estamos esperando tus preguntas (aunque lo digo para joderte, porque por lo que dijiste en otras ocasiones, tu intención es despertar la discusión).

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  9. Es algo que pasa todo el tiempo, pero queda en nosotros corregirnos y saber qué hacer en cada caso, cuándo interrumpir y cuándo no, cuando "regalar" opinión porque sí y cuando nos la piden... por suerte tengo amigas que se encargan de remarcarme cuando me voy por las ramas contando mis problemas por intentar aportar al problema de otro.

    Comparto completamente el comentario de Anónimo cuando dice que ".. hay días en que uno tiene muchas cosas para contar, o una cosa muy importante que comunicar. Y está bueno poder escuchar a una persona cuando su día fue tan bueno y lleno de sucesos, o tan malo y lleno de desgracias, y poder reírse de lo que le pasó, aconsejarle, felicitarlo, alegrarse, acompañarlo, etc." y creo que para eso existen personas al lado nuestro que elegimos día a día y que, como dije antes, nos encanta escuchar.

    Por último me gustaría hacer una aclaración sin intención de generar ningún tipo de discusión ni conflicto;
    así como existen conversaciones habladas (en mi opinión, las mejores..) también lo existen las escritas. El msn y los blogs como éste, por ejemplo, lo son.
    Se parte de una opinión que da quien escribe primero.. en este caso, el creador del blog.. y a raíz de eso se empieza una discusión o intercambio de ideas, pensamientos y sentimientos al respecto de un tema.
    Nadie puede escribir lo que no piensa ni siente, ni mucho menos escribir desde el punto de vista de otro o de "todo el mundo".
    Es por eso que es lógico encontrarnos con una sola opinión y una experiencia personal en este blog, pero creo que la idea es que de esa opinión o experiencia se desprendan muchas más.
    Dudo que leamos alguna vez lo que el creador hizo el fin de semana, porque sería algo (sin ofender) de poco interés para el lector y quizás muy personal.. pero sí creo que lo que nos lleva hoy a comentar es el sentirnos "tocados" por un tema en común, que nos compete a todos. Y ahí comparto el TODOS sin especificar países ni edades.

    La escucha es como el amor, un tema universal, lleno de inquietudes, preguntas y respuestas, y del que no se salva nadie.

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  10. Jaja a mi tmb me lo borró pero vuelvo a probar suerte asique voy a subirlo en dos partes..

    Ya que se armó una discusión interesante, me gustaría sumarme a opinar y aclarar un par de cosas de mi 1er comentario..

    Me considero una persona que, desde no hace mucho, cree que las cosas son en su mayoría o blancas o negras. Hace un tiempo que no tolero los grises... salvo excepciones. Y este es uno de esos casos.

    Hay charlas que elegimos como hay charlas que no. La mayoría son espontáneas, surgen de encuentros casuales en la calle, en un bar, una llamada por teléfono con o sin motivo alguno, unos mates y hasta por msn o algún blog como este.
    Otras conversaciones, en cambio, se dan por algo en especial.. ya sea laboral o un tema específico que necesitan hablar dos o más personas, entre otros ejemplos.
    Ahí es cuando depende del que escucha en qué medida quiere escuchar y con qué intención.. si es una conversación donde se está interactuando todo el tiempo, por ejemplo, se debería evaluar hasta qué punto es pertinente vivir poniendo ejemplos personales a modo de ilustración ya que no es lo mismo una conferencia o una entrevista que una charla de café con amigos, a pesar de que en las dos se cree un clima de ida y vuelta.

    Me pongo del lado del que escucha al decir que hay charlas donde somos totalmente conscientes de que lo que nos están diciendo nos aburre, no nos interesa ni nos llama la atención, y creo que es ahí fundamentalmente cuando antes de que el otro termine ya estamos pensando una respuesta (quizás un poco mas dinámica) o buscando cómo darle un giro copado a la situación, cayendo generalmente en la experiencia personal, lo cual no me parece necesariamente un acto de egocentrismo sino un manera de sobrellevar la conversación.... aunque comparto con el creador del blog la opinión de que hay que aprender a escuchar.. siempre se puede rescatar algo, por mínimo que sea.

    Sigo del lado de quien escucha pero en otra situación. Cuando la charla, sea como sea que se haya generado, nos gusta realmente es cuando (o por lo menos en mi caso) logramos darnos por completo al otro y dejarlo hablar sin omitir sonido alguno... son esas charlas donde nos interesa tanto lo que nos están diciendo, nos gusta, nos llena, nos hace tan bien que dejamos al otro darnos un monólogo de lo que le está pasando y simplemente nos limitamos a escuchar, sin pensar en una respuesta inmediata, sin pensar con qué experiencia personal lo relacionarías, sin pensar en qué va a pasar cuando termine de hablar... y recién cuando termina y te mira expectante a ver qué vas a decir, esperando una respuesta, recién ahí es cuando nos toca abrir la boca y dar un consejo, soltar una risa, un insulto, una sonrisa, un llanto o lo que sea que te haya provocado esa conversación.

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  11. Como dije en mi 1er comentario y como entendí también en el comentario de "Anónimo", muchas veces nos es más fácil ver nuestro problema en el ejemplo del otro, en su caso particular, ya sea para entenderlo , aceptarlo o resolverlo.. lo cual no implica que sea resuelto necesariamente como lo haya hecho quien dió su experiencia, pero no podemos negar que cuando damos nuestro ejemplo semejante a la situación del que planteó su problema primero, éste nos responde "y vos que hiciste?!" (por lo menos la mayoria de las veces).. en esa pregunta el otro está buscando una respuesta o ayuda que se adapte a su caso particular, con lo cual no me parece mal en lo absoluto contar mi caso y lo que yo haría o hice... siempre y cuando no quede opacado el conflicto del otro y mi experiencia no sea el centro de la charla.

    Es algo que pasa todo el tiempo, pero queda en nosotros corregirnos y saber qué hacer en cada caso, cuándo interrumpir y cuándo no, cuando "regalar" opinión porque sí y cuando nos la piden... por suerte tengo amigas que se encargan de remarcarme cuando me voy por las ramas contando mis problemas por intentar aportar al problema de otro.

    Comparto completamente el comentario de Anónimo cuando dice que ".. hay días en que uno tiene muchas cosas para contar, o una cosa muy importante que comunicar. Y está bueno poder escuchar a una persona cuando su día fue tan bueno y lleno de sucesos, o tan malo y lleno de desgracias, y poder reírse de lo que le pasó, aconsejarle, felicitarlo, alegrarse, acompañarlo, etc." y creo que para eso existen personas al lado nuestro que elegimos día a día y que, como dije antes, nos encanta escuchar.

    Por último me gustaría hacer una aclaración sin intención de generar ningún tipo de discusión ni conflicto;
    así como existen conversaciones habladas (en mi opinión, las mejores..) también lo existen las escritas. El msn y los blogs como éste, por ejemplo, lo son.
    Se parte de una opinión que da quien escribe primero.. en este caso, el creador del blog.. y a raíz de eso se empieza una discusión o intercambio de ideas, pensamientos y sentimientos al respecto de un tema.
    Nadie puede escribir lo que no piensa ni siente, ni mucho menos escribir desde el punto de vista de otro o de "todo el mundo".
    Es por eso que es lógico encontrarnos con una sola opinión y una experiencia personal en este blog, pero creo que la idea es que de esa opinión o experiencia se desprendan muchas más.
    Dudo que leamos alguna vez lo que el creador hizo el fin de semana, porque sería algo (sin ofender) de poco interés para el lector y quizás muy personal.. pero sí creo que lo que nos lleva hoy a comentar es el sentirnos "tocados" por un tema en común, que nos compete a todos. Y ahí comparto el TODOS sin especificar países ni edades.

    La escucha es como el amor, un tema universal, lleno de inquietudes, preguntas y respuestas, y del que no se salva nadie.

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  12. Claro catt, como quise decir antes y creo que vos también: hay que buscar los términos medios y no caer en extremos en los que uno solo habla o en los que interrumpimos todo el tiempo y no escuchamos, y tratar de que nuestra intervención cuando alguien nos cuenta algo no resulte chocante o egoísta. Está en cada uno saber detectar ese término medio que haga a la charla amena y fructífera.
    Hablar y dejar hablar, escuchar atentamente y con interés lo que el otro dice, escuchar y sentirse escuchado, tratar de no interrumpir, dar y darnos los tiempos necesarios para hablar, serían cosas que para mí son ideales para una buena charla. También mirar a los ojos y no estar haciendo otra cosa mientras el otro me cuenta algo, reaccionar con lo siento y pienso, y expresar opiniones por más encontradas que resulten, porque de las discusiones también se sacan conclusiones buenas.

    (No quise armar bardo ehh..expresé mi opinón en primer instancia, e hice un chiste inocente en la segunda..nada más).

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  13. me olvidé de aclarar algo: no afirmé que era algo propio del argentino... sino, justamente, pregunté si era así o si era impresión mia

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  14. obvio que no lo afirmaste como un hecho...pero sí como una opinión... lo pensaste... no te laves las manos G.F.

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  15. já...

    No, insisto: escribí "A ver: es algo propio del argentino o es de tooodo el mundo esto de querer siempre contar lo que le pasa a uno?". Es una simple pregunta. Realmente me pregunto si lo hacemos los argentinos o todos. Como no tengo taaaanta experiencia de viaje por el mundo, no puedo contestarla o tener una opinión firme al respecto.

    Por lo tanto, no me lavo las manos de nada.

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  16. Esta bien, tus lectores te creemos que no quisiste generalizar, no te pongas mal porque diste una impresión de generalizador... todo bien.
    De hecho, podríamos ampliar la pregunta retórica y preguntarnos si lo vemos en todos los argentinos que conocemos y por eso creemos que podría llegar a ser algo propio del argentino, y si la respuesta es NO, diríamos entonces que es algo que hacen muchos/algunos argentinos que conocemos, pero no todos; y preguntarnos también si la mucha o poca gente que conocemos que no es argentina tiene esa costumbre o no, y así definir si algunas personas de otros países también hacen esto que decís.

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  17. já... si tenía alguna duda de quién podías llegar a ser, me la acabás de sacar. Gracias.

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