martes, 11 de mayo de 2010

Lluvia...

El sábado volví a mi casa, nuevamente, atónito. A tan solo 30 minutos de mi casa, un señor del barrio Ovejero, en Escobar, me dejó sin palabras.

Con total naturalidad, mientras me contaba que vivía de cartonear, me dijo (textuales palabras): "no, por suerte acá no se inunda mucho... solo llega hastá acá el agua cuando llueve". Ese "SOLO llega hasta acá" lo acompañó utilizando sus manos para que dibujemos en nuestra imaginación el nivel del agua.
A qué altura de la pierna creen que se marcó? Opciones (recordemos que dijo "solo llega hasta acá"):
- No pasaba del pie
- Apenas por encima de los tobillos

Bueno, doy esas opciones porque fueron las que yo creí posibles cuando habló de que era poco el nivel de agua que se acumulaba. E-qui-vo-ca-dí-simo. El agua, cuando llovía, en su casa, le llegaba hasta las rodillas! Algo totalmente natural, o no? O por lo menos era natural para él.

(La siguiente familia que visité me contaba que los días de lluvia, la niña de no más de 8 años se divertía nadando dentro de la casa...)

Sabemos que esto lamentablemente pasa. Algunos más que otros. Pero es distinto cuando lo escuchamos directamente de boca de quienes lo sufren. Vamos gente, abramos los ojos. Y si ya los abrimos, no miremos para otro lado.