miércoles, 25 de junio de 2014

Danza del fordismo

Música, luces, acción. Comienza el baile. No se trata de cuarteto ni rockanroll, esto más bien  es una danza que nace allá, por esos años que ni abuelas o bisabuelas pueden recordar; es más, no figura en libros de historia. Su complejidad ha imposibilitado su registro. Imágenes sí las hay, pero sin etiquetas, confundidas con algún otro fenómeno.

Nada de tango o chamamé, hablamos de una danza fordista. Izquierda, izquierda derecha izquierda. Escapes de aire acompañados por un abrir y cerrar marcan las primeras notas. Todos a la pista. Aquí no hay edades, aquí no hay jerarquías. Más de un atrevido cataloga este baile como propio de comunistas.

Como cuando nos forzaban a entrar en la bañera de chicos, nadie puede escapar al ritmo, la marea lo arrastra. Están los que se miran los pies, pues no quieren pisar sus acompañantes. Mientras Daniel San aprende a lustrar, y así a encontrar el equilibrio, en este punto del mapa algunos buscan asimilar el compás que les permita acertar su próximo paso.

Los métodos son de los más variados. Los más atrevidos optan por una pareja, y tomarse las manos está permitido. Pero quienes copan la pista son los solitarios, ajenos a todo cuento que no les interese. Se los identifica fácil. Miradas perdidas, pulso cardíaco estable. Colores sólidos y grises, no vaya a ser cosa que desentonen.

El show dura poco, aunque lo suficiente para recordar a cada uno el lugar que ocupa. Se trata de entrar, bailar y salir. Rápido, lo más rápido posible. Los anfitriones no se ofenden, ya que otros están por llegar.

Ahí, en medio de esa masa uniforme, cada tanto unos escuchan esas palabras que no salen de ningún parlante, que más bien retumban en sus cerebros. Sin posibilidad de frenar, pero tampoco de acelerar, entonan:  All in all you're just another brick in the wall. 


sábado, 21 de junio de 2014

Invasión bienvenida

Banderas que pasan 365 días teñidas por colores que ni siquiera se han descubierto, algunos imposibles de replicar, se dejan conquistar por un ejército que promete arrasar con todo. Un ejército ante el cual, a priori, nadie presenta resistencia; es más, le abren sus puertas de par en par. Están los que despliegan alfombras rojas. Están quienes osan mirar hacia otro lado, con aires de indiferencia, pero que no vacilan en espiar cuando algún sonido llama su atención. Es cuestión de tiempo para que esos estandartes olviden sus tramas.

Un ejército altamente preparado. Batallones con misiones específicas. No se trata de eliminar, sino de cooptar. "El fin justifica los medios" narran las letras tatuadas en el pecho de sus líderes. No opera de manera improvisada, cada acción es parte de una maquinaria cuyos engranajes fueron dispuestos con ojo clínico. No hay azar. Algunos se sorprenden con la rapidez de su invasión, pero solo porque no han percibido el avance paulatino de sus escuadrones. ¿Semanas? ¿Meses? ¿Años? Los especialistas reconocen que sus avances más notorios se producen cada cuatro años.

Maquiavelo no es más que un nene de pecho frente a estos generales. Nada de dividir, su estrategia es unir. Por cielo y tierra, desde los mares y través de los televisores. Hipnotizando cada uno de los cinco sentidos. Desde los grandes hasta los más chicos, sin piedad, no importa sean ancianos o mujeres embarazadas. Goebbels toma nota desde la tumba, maravillado por los artilugios de este régimen, ante el cual no se asoma ningún frente de liberación para oponerse; o al menos ninguno capaz de presentar batalla.

Los sometidos no se saben sometidos, se entienden espectadores. Participan, algunos más activos que otros, contribuyendo por acción u omisión. Están los que eligen vestir uniformes; y justamente por (creer) elegir es que no hay rechazo, no hay reacción violenta. Otros recitan himnos, orgullosos, solemnes. Así, con múltiples entonaciones y disfraces, donde parece reinar diversidad, los tiranos sonríen, robustecen su ambición desde palcos bien ubicados.

No necesitan armas químicas. Su secreto se asemeja a un tratamiento propio de un veterinario, colocando pantallas como lámparas en los cuellos de sus objetivos. Formadores de cíclopes. Nada más existe, nada más importa. Ni estómagos vacíos, ni dientes tiritando. Qué escuelas vacías, qué libros intactos. Dónde faltan medicamentos, de qué violencia hablan. Nada más existe, nada más vale, nada más importa.

Descorchan, lo lograron: misión cumplida.

Hasta acá llego, tengo que cortar, comienza una nueva función.



Para siempre

Los gigantes dejan huellas a su paso; y claro, vos no podías ser menos.

Cuando tus labios se estiraban, y los dientes asomaban, esa sonrisa era un arma poderosa, constructora de momentos, capaz de eliminar distracciones y detener el mundo.

Con una mezcla de agente secreto y buda, tus preguntas eran incisivamente cálidas, en la búsqueda de saber, de entender las miradas en cada encuentro. Tus palabras inyectaban un suero de sinceridad, convirtiéndonos en radiografías, transparentes y fáciles de leer.

Como un pulpo envolvías miles de sentimientos, con ese abrazo que nos convertía en uno, inseparable, inquebrantable.

Nunca lo disfrutaste, tu cara se transformaba cuando sentías el calor de la yerba, pero siempre dabas a la cebada otra oportunidad.

Desencadenaste epidemias sin desearlo, producto del contagio incontrolable que tu risa generaba. Combinando ojos achinados y un par de notas graves, quienes te rodeábamos caíamos rendidos, sin defensa posible, ante el avance de tu alegría

Ese andar luminoso no sabía de discreción. Sin necesidad de reflectores tu presencia brillaba por si misma, encandilando a quienes nunca siquiera se habían visto las manos.

Las prohibiciones nada tenían que hacer ante tu picardía justificada. Normas y convenciones, acostumbradas a regular comportamientos, encontraron en vos un revolucionario de lo cotidiano, que escribía sus propias reglas con tinta invisible.

El cielo tronaba cuando algo no era de tu agrado, con ese enojo inadvertido, incontenible a su paso, mejor darle lugar que intentar frenarlo

Algo de tu perfume actuaba como un imán de bondad, atrayendo grandes valores que te supieron acompañar.

Con humilde presencia proyectabas la sombra de un gigante, un coloso de tiempos medievales, un superhombre sin límites, ídolo de multitudes.

Todo eso fuiste. Todo eso siempre serás...

viernes, 30 de mayo de 2014

Tango del deseo

Vuelve a brotar. Como el pasto entre baldosas de la ciudad, como burbujas recién servidas en el vaso, brota. ¿Por qué resistirse? Ahí viene...

Con una luz de atardecer otoñal, la sala se detiene en el tiempo, luchando contra agujas que buscan entrar galopando sobre sonidos penetrantes, que no saben de silencios ni barreras. Lo logran, encuentran el medio. Atrapa mis dedos que se deslizan a fin de ponerle punto a esa secuencia. Mientras tanto, Joaquín dialoga con la avenida, con ventanas que dicen presente a través de su vibración sostenida.

 Un mate estacionado acompaña el momento, mirando celoso, abandonado a la vera de la cama, celoso, viendo cómo él tomó su lugar. Cruza miradas con cinco clavijas –y no con seis porque una se esconde tímida por su desnudez- que minutos atrás conquistaron a esos diez locos. Diez que disfrutan acariciar sus vestiduras, ya sea juntas o separadas, en orden o alternadas. Son sirenas. Sirenas que, como la piedra a la tijera, se mantienen victoriosas hasta que aparece el papel.

 Emerge, fuerte, soberbio. ¿Pasajero? ¿Podrá perdurar esta vez? Unos pasos más y dejará de vivir, transmutará. Incipiente mariposa. No hay juicio que valga, solo el tiempo podrá dictar sentencia.

 No encuentro sentido en hacer promesas. ¿Para qué? ¿Qué diferiría de aquellas que se alzaron en el pasado? 

Avanza, decidido, ya casi lo tiene. Se estira, como un niño tratando de alcanzar el juego a mitad de la mesa. Usa las puntas de sus pies. Falta poco. Un poco más. Dale, ya casi. Suspira. Finalmente vislumbra la bandera a cuadros. Siente el frío caluroso y una tempestad sobre su piel. Está preparado para dejar de ser. Llegó.

 Él dice adiós. Ella llama a la puerta pidiendo permiso. Por segundos no lo cruza. ¿O sí lo hace? Entra, con la mirada baja, ausente de confianza, temerosa ante lo que presume un ambiente hostil. Siente que éste no le dará lugar. Recorre la habitación. Repasa los músculos. Saborea el aire. Esboza una sonrisa achinando los ojos. Despliega su encanto como en una chacarera convencida de tener lo necesario para enamorar. Suelta su pelo y se descalza. Arriba y abajo, su cabeza asiente ante su reflejo. Quiere ser. Logró entrar. Anuncia su estadía indefinida, pero amenaza con partir repentinamente. Condiciona su abrazo. Incontables meses han pasado desde aquella vez en que transitó estos senderos. Carente de miradas se despidió sin dar aviso. ¿Por qué regresa? Ya no importa. Volvió.

 Ellos saltan y bailan, no se pueden contener. Volvió. Incipiente mariposa…

Pensando en volver

Eso. Nada más. Pensando en volver. La escritura llama. La necesidad de compartir, desde un plano distinto, con palabras algo más elegantes que las utilizadas cotidianamente. El impulso por escribir, buscando armonía entre sílaba y sílaba. Utilizar letras para expresar ideas y emociones, pretendiendo que el lector haga pausas, que sienta no poder contener el revoloteo de sus ojos; revoloteo producido por sensaciones encontradas motivadas por una chispa entre párrafo y párrafo. Lejos de aquellos considerados grandes próceres de la narrativa, motivado por quienes apelan a recursos más simples y sencillos, añorando poder convertir oraciones en pinceles que dibujen imágenes tangibles. Eso. Nada más. Pensando en volver.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Dijo Ernesto...

"... aunque lo exiguo de nuestras personalidades nos impide ser voceros de su causa, creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia.
“Constituimos una sola raza mestiza que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincionalismo exiguo, brindo por Perú y por toda América unida”.

martes, 21 de septiembre de 2010

Yo, yo, yo...

Antes de contar lo que vengo pensando, voy a usar algunas situaciones de ejemplo para plantear mi punto.
Situación 1:
- Amigo A: y qué pasó?
- Amigo B: corté
- Amigo A: uh, en serio? por qué?
- Amigo B: nada, no daba para más.
- Amigo A; ah. A mí me pasó lo mismo te acordás. Sabés qué hice?...

Situación 2:
- Z: cómo te fue en el exámen?
- X: no sé, estaba difícil.
- Z: sí viste. Yo la primera la contesté...

Situación 3:
- A: estás laburando?
- B: no, no encontré nada.
- A: ah no? Que bajón. El año pasado yo estaba en la misma...

Buah. Se entiende a dónde voy?
A ver: es algo propio del argentino o es de tooodo el mundo esto de querer siempre contar lo que le pasa a uno?

Hace tiempo que me lo vengo planteando y la verdad que logra irritarme. Puse esos ejemplos bastante pedorros nada más que para ilustrar.

Es increíble. Pareciera que a veces preguntamos para que nos pregunten. Ojo, de esto no se salva nadie, ni quien les habla/escrible.
Lo que sí puedo decir es que me volví consciente. Es algo que se puede trabjar. Es impresionante cuando te das cuenta que le preguntaste algo a alguien y sin que haya terminado su respuesta lo interrumpiste para dar tu experiencia al respecto.

Esto pasa desde en una charla cotidiana, de café, de tren, hasta en grandes debates entre políticos e intelectuales. Escuchamos pensando en cuál será nuestra respuesta. Preguntamos sin interés real. Pareciera que el fin último de cada conversación es que el otro sepa de mí, de mi historia, de mi testimonio.

Tarea para el hogar: prestá atención cuántas veces hablás (o terminás hablando) de vos sin que te lo pregunten. Tratá de reconocer cada vez que, luego de que la otra persona diga algo, tu respuesta comienza con un "Yo" o "a mí"...

Escuchemos. Podemos aprender mucho si dejamos de mirarnos el ombligo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

martes, 31 de agosto de 2010

Basta!

Ser egoísta será realmente parte de la naturaleza humana? No lo creo así. Pero no hay duda que son muchos quienes se esfuerzan por meternos esa idea en la cabeza. El egoísmo no es más que una enseñanza, no tiene nada de natural.

Contamos con una televisión (y una teleaudiencia) que premia lo banal, lo mundano, lo intrascendente. Horas y horas de programas que no hacen más que exponer la mediocridad en la que quieren sumergirnos. Informes que cuentan, que muestran con imágenes a los jóvenes de hoy. Jóvenes consumidos por el alcohol y las drogas; jóvenes cuyas únicas actividades parecen ser salir, pelearse y emborracharse. "Ai...", piensan muchos, "esta generación esta perdida..."

Proyectar una generación en decadencia no hace más que contribuir a la idea de que la sociedad misma está en decandencia. Y no es así! Son muchos lo que eligen mejorar. Son muchos los que deciden actuar. Quizás no atraigan la atención de Tinelli y los programas de chimentos; quizás no tengan tanto valor noticia como una muerte, un robo o un conflicto gremial. Pero les aseguro que estamos ahí. Qué pasaría si en lugar de analizar durante veinte minutos algún hecho morboso, se utilizara ese tiempo para exponer en profundidad el trabajo que cientos, miles de jóvenes y adultos invierten por por semana en construir un país mejor.

Hay ciertas frases armadas que ya no puedo tolerar. Desde el tren de la mañana, pasando por la facultad y el trabajo a la tarde, hasta llegar a mi casa por la noche, el común denominador repite: "son todos chorros", "y bueno, es Argentina, qué esperás?", "hay que matarlos a todos"...
Quejas, quejas, quejas. Es pedir demasiado que cada queja vaya acompañada con una acción?. La fórmula del modelo óptimo que deberíamos adoptar sería algo así como ver, pensar, actuar; lamentablemente el popular se presenta como ver, seguir viendo, quejarse un poco, y ver un poco más.

Arranqué la semana desilusionado, bajoneado. Conocer otra familia que vive en cinco metros cuadrados te deja claro que estudiar y/o trabajar no es una opción para todos. Vivimos en una Argentina injusta, desigual por donde la veas. Donde hay tantos ricos pobres como pobres ricos. Donde quienes más tienen son penetrados por la lógica individualista y se olvidan de mirar al costado. Qué sentido tiene llegar primeros si llegamos solos y sin compañía?

Altruísmo y amor, son palabras perdidas que no hacen más que definir utopías?
Tanto odio, tanta ignorancia.
Educación, igualdad, inclusión... esas son las bases del progreso.

Nos tildan de idealistas. Dicen que pongamos los pies sobre la tierra. Que dejemos de soñar y empecemos a pensar cómo nos la vamos a ingeniar para vivir, para comer, para mantenernos. Estos que nos apuntan con el dedo perdieron el norte; lo perdieron entre su ropa costosa, tecnología de punta y autos último modelo. Es cuando lo material gana posiciones en el ranking de lo valioso que la brújula empieza a girar para todos lados.

Me cansé. Empezamos por sentirnos incómodos por tener una zapatilla agujereada. Después buscamos proyectar imágenes de éxito. Y terminamos consumiendo a Fort y sus millones. B A S T A ! Volvamos a lo importante. Cuándo dejamos de valorar el respeto? la honestidad? la justicia? Mientras millones y millones pasan hambre y frío, otros millones discuten si su ropa es adecuada para la ocasión.

Todavía estamos a tiempo. Doy fe de que son muchos lo que se están moviendo por una Argentina mejor y creo -realmente lo creo- que algún día podemos ser todos.

No bajemos la mirada. No aceptemos lo inaceptable. El silencio es cómplice del status quo, lo refuerza. Y no hablo de solidaridad, sino de responsabilidad social. Hacete escuchar. Gritá!

miércoles, 11 de agosto de 2010

Y se hizo la luz

Alguna vez te pasó que derepente hacés el click y te das cuenta que no vale la pena preocuparse tanto?

A mi sí. Me acuerdo que pensé, "ya está, ya tengo la receta.. la próxima voy a saber responder mejor y no me voy a hacer tanto mal". Já, que iluso!

Muchas veces llegamos a ese punto en el que nos hacemos concientes de que "hay cosas más importantes". Y sí, siempre las hay. Tarde o temprano, si nos comparamos con otros, nos damos cuenta que nuestros problemas son ínfimos. Se aplica a (casi) todo: amigos, familia, noviazgo, trabajo, etc. De más está decir que no hace falta compararse y que cada uno responde y se ve afectado a su manera.


Pero, por qué tardamos tanto en hacer ese click? Será negación? Es como que cuando algo no nos gusta la primera reacción es cerrar los ojos.
En definitiva, es cuestión de tomar distancia, de abstraerse.
Una mujer muy sabia me dijo una vez, "el agua turbia aclara cuando reposa". Cuánta razón. Pero como en todo, la teoría siempre es más fácil que la práctica.


Creo que puedo resumir todo esto en una frase: un día de mierda.

viernes, 25 de junio de 2010

¿Qué pasaría?

¿Qué pasaría si mañana viene alguien y te dice que el resto de tu vida está asegurada? Por asegurada me refiero en sentido económico. Es decir, no tenés que preocuparte por, en un futuro, tener una casa, comida, etc etc etc.

Entonces, ¿qué queda? Y bueno... queda la vida; va, vivirla en realidad. A todos nos gustaría poder dedicarnos a algo que nos llene, que sea "lo nuestro". Supongamos por un segundo que la cuestión financiera ya no es un tema.

¿Qué harías? ¿Seguirías estudiando lo que estudiás? ¿Seguirías laburando donde laburás? ¿Mantendrías tu actual rutina?
¿Para qué aprovecharías ese tiempo que planeabas convertir en billetes para alimentarte y vivir?
Esto va para todos. Desde el artesano hipon que vive con lo justo hasta el emprendedor exitoso que gana millones.

Tenía ganas de escribir pero no se me ocurría sobre qué. Por eso decidí hacer un cambio de roles. Al lector le propongo escribir qué haría, así yo puedo leerlo.
Hay tantas opcionees... aprender algún tipo de baile o a tocar un instrumento, viajar, contar estrellas, estudiar, escribir, entrar en política, juntar papeles de las calles... que sé yo... son infinitas las cosas pero estoy poco creativo.

¿Qué harías?

martes, 11 de mayo de 2010

Lluvia...

El sábado volví a mi casa, nuevamente, atónito. A tan solo 30 minutos de mi casa, un señor del barrio Ovejero, en Escobar, me dejó sin palabras.

Con total naturalidad, mientras me contaba que vivía de cartonear, me dijo (textuales palabras): "no, por suerte acá no se inunda mucho... solo llega hastá acá el agua cuando llueve". Ese "SOLO llega hasta acá" lo acompañó utilizando sus manos para que dibujemos en nuestra imaginación el nivel del agua.
A qué altura de la pierna creen que se marcó? Opciones (recordemos que dijo "solo llega hasta acá"):
- No pasaba del pie
- Apenas por encima de los tobillos

Bueno, doy esas opciones porque fueron las que yo creí posibles cuando habló de que era poco el nivel de agua que se acumulaba. E-qui-vo-ca-dí-simo. El agua, cuando llovía, en su casa, le llegaba hasta las rodillas! Algo totalmente natural, o no? O por lo menos era natural para él.

(La siguiente familia que visité me contaba que los días de lluvia, la niña de no más de 8 años se divertía nadando dentro de la casa...)

Sabemos que esto lamentablemente pasa. Algunos más que otros. Pero es distinto cuando lo escuchamos directamente de boca de quienes lo sufren. Vamos gente, abramos los ojos. Y si ya los abrimos, no miremos para otro lado.

jueves, 22 de abril de 2010

Zapatillas = educación


"Pasa que no voy a la escuela porque no tengo zapatillas."

Palabras de una niña del barrio Barrufaldi, en Bella Vista. No la conozco. Esto lo escuché de un compañero el fin de semana pasado, y no puedo parar de pensar en ello. Tan acostumbrado a escuchar, y decir, cosas como:
- "nooo, la verdad que hoy cero ganas de ir a la facultad"
- "llueve, y si no vamos?"
- "alquilamos una pelicula y nos quedamos?"
- y más y más excusas para esquivar la responsabilidad estudiantil.

Cómo puede ser que las ganas de una nenita de aprender se vean obstaculizadas por algo tan básico como un par de zapatillas?

Y cito a otro niño del barrio que comentaba: "claro, esta comida para ustedes es la del mediodía no? vuelven a comer a la noche?"
No tengo mucho para decir. Solo quería usar una vez más este medio para comunicar mi indignación.

Afortunadamente, desde el gobierno nos informan que estamos cada día mejor, que hay menos desigualdad. Que bueno que tanta gente cree que el Estado es el único que debería ocuparse de la pobreza y demás problemas sociales. Pero, mejor aún, que bueno que tantas personas deciden hacer algo al respecto y actuar responsablemente. El Estado, lamentablemente, no llega a todos lados. Ojalá algún día lo haga. Realmente creo que es posible. Pero, mientras tanto, cada uno desde su lugar puede, y debe, constribuir para construir una Argentina, una latinoamerica mejor para todos.

viernes, 9 de abril de 2010

Mi almohada la histérica

No les pasa que, cuando se levantan, no se pueden despegar de la almohada? ¿Por qué es así? Tengo una pequeña teoría.

En lo personal, cuando me acuesto a la noche tardo un rato en dormirme. Como que no encuentro la posición. Doy un par de vueltas. La almohada casi que la trato como si fuera plastilina: la doblo, la giro, la pongo así o asa hasta encontrar la forma ideal. Pero el problema cuál es? Que nunca la encuentro!
Claro está que esto solo pasa cuando no estoy muy cansado, ya que, de estarlo, me desplomo en la cama y hasta mañana. Esto es lo que ocurre por la noches.

Al despertarme la situación es otra. No importa la hora, no importa el día, no importa si me tengo que levantar para ir a jugar un partido o para ir a la facultad, siempre me cuesta despegarme de mi almohada.
Ni bien abro los ojos, ya empiezo a frotar la cara contra ella. Ahí, en ese momento, cuando me despierto, se encuentra en su estado ideal. Su relieve se ajusta perfecto al de mi rostro. Mi nariz, mis ojos y mi boca juegan con su sábana. Hay momentos que decido sentarme en la cama para no quedarme dormido, agarro la almohada y apoyo mi cara en ella. Sí, sentado; es espectacular. ¿Cómo puede ser que esto ocurra en las mañanas, pero no por las noches cuando tanto anhelo duplicar esta sensación?

La cosa es así. Cuando uno se acuesta, la almohada esta fría e indiferente. Tu cabeza, que en ella se apoya, perturba su estado pasivo. Se resiste a ceder ante tu fuerza física que pretende distorsionar su estilo. Una vez que ella advierte que estás dormido, se relaja. No hace falta resistirse más. He aquí el momento clave, el punto de inflexión en esta disputa diaria. Con la guardia baja, su configuración se modifica por sí sola al compás de nuestros sueños. Así, pasan los segundos, los minutos, las horas... Al despertar, este baile llega a su fin. No más histeriqueo. Y aquí volvemos a la sensación relatada en el párrafo anterior.

A ver si algún día los amigos de Sprayette, Tv Compras y Llame Ya se portan inventando algo para tirarle a la almohada que produzca ese increíble efecto mañanero. De esa forma estarían vendiendo algo que realmente sea últil a la humanidad y dejarían, por un rato, de promocionar el sedentarismo.

jueves, 8 de abril de 2010

Liniers

Pocos humoristas, artistas, escritores, dibujantes, o como quieran llamarlos, quedan como este genio. Y digo genio porque no se me ocurre otro calificativo más apropiado. Les dejo fragmentos de una nota que le hicieron en La Nación y el link a la misma.

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-Es lo que a mí me inspira. Me gusta esa gente que arma su planeta con sus propias reglas. Que conoce las relgas, pero sabe cuáles tiene que romper para que aparezca algo nuevo. Que sabe cuándo decir: "Ah, ¿todos dicen que tiene que ser así? Bueno, no".

- Cuando sos chico te dicen que hay un Papá Noel que va a venir y te lo creés. A mí me decían que pasaba volando y yo lo veía pasar... Después, de grande, eso se pierde. Yo trato de mantenerlo.

¿Qué pasa si un día Linier madura?

- Sería un desastre. Por eso nunca me psicoanalicé. Tengo miedo de que me encuentren algo y lo arreglen. Terminaría entendiendo cómo funcionan los bancos y usando camisa y corbata.



http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1232563


miércoles, 7 de abril de 2010

Las damas primero...

Algunas preguntas (retóricas) para los varoncitos:
- Le dejás, si estas sentado, tu lugar en el bondi a una mujer?
- Cuando salís con una chica, y hace frío, le ofrecés tu abrigo?
- Les abrís la puerta y las dejás pasar antes que vos?
- Etc, etc, etc...

¿Caballerosidad o machismo?
Hace tanto que las mujeres luchan, reclaman, demandan ser tratadas igual que los hombres. Afortunadamente las sociedades evolucionan; unas mas rápido que otras. Hay países donde las mujeres pueden acceder a practicamente cualquier empleo que deseen. En otros, por cuestiones de religión o cultura, o como quieran verlo, no pueden ni destaparse la nariz y más vale que no levanten el tono de voz. En fin, ¿qué pasa con la convención social conocida como caballerosidad?

Si somos todos iguales, por qué dejarle el lugar a una mujer? Al final, seguimos perpetuando el machismo de nuestros ancestros. Tanto hombres como mujeres sostienen que es algo "lindo", "es así", "el hombre tiene que cuidar a la mujer". Todo bien, me uno a eso. De hecho, lo practico. Me gusta ser atento y demás, pero hasta un punto. Antes, si una mujer de CUALQUIER edad se subía al bondi, le dejaba mi asiento (por favor eviten comentarios sobre esto). Si no lo hacía me pesaba la conciencia. Pero tanto cuesta conseguir un lugar hoy en día, con lo saturados que estan los servicios, que cuando vuelvo liquidado y consigo sentarme, lo último que quiero es ceder mi lugar, salvo en el caso de ancianos y embarazadas. Y, si somos todos iguales, dejarle el asiento, en última instancia, es tratarla como más débil que uno. Y sino, por qué dejamos que alguien mayor se siente?

Todo esto me hace acordar a cuando un padre le dice a un hijo: "claro, vos sos grande (o mayor) para las cosas que te convienen". Entonces, fervientes feministas pero al momento de "las damas primero", no hay quejas...

martes, 6 de abril de 2010

Casco, cinturón...YO decido.

Solo un breve comentario sobre el reciente fallo del juez cordobés. Una vez más nos encontramos ante los problemas para interpretar la Constitución.

Claro que es decisión mía usar casco o cinturón, quién sos vos (o el Estado) para decirme cómo tengo que cuidarme, y si tengo que hacerlo; en definitiva, si me mato, es mi vida, o no?
Durante esta semana ese fue el argumento mas popular. Pero me parece que se olvida de un detalle: que ante un accidente, obviamente (se supone) una ambulancia, un policía o bombero irán a socorrerte. Te van a atender. Imaginemos que ocurre un accidente y el involucrado había decidido no usar cinturón porque le incomoda, y además no está de acuerdo con la ley que lo obliga a hacerlo; en concecuencia, su vida está en riesgo. Quizás quien lo atienda podría estar en otro lado salvando otras vidas. Pero no, tiene que estar ahí porque esta persona es libre de hacer lo que quiere.

Ridículo. Si pretendemos que de ahora en más no es obligatorio usar casco o cinturón, por qué no proponemos también que esta acción vaya acompañada de una pérdida del derecho a ser atendido por paramédicos, y así estos pueden ocuparse de quienes realmente valoran su vida.

sábado, 31 de mayo de 2008

Joel Barker

" Una visión sin acción no pasa de un sueño.
Acción sin visión sólo es un pasatiempo.
Pero una visión con acción puede cambiar el mundo."

martes, 20 de mayo de 2008

" Está loco "

Si habré dicho esa frase... Quién no uso esa palabra para describir, alguna vez, la forma en que alguien se comportó?

La mayoría de las personas (me incluyo) utilizan esta palabra olvidando su verdadero significado. El mismo es aplicado, según la Real Academia Española, a un ser que "ha perdido la razón". Muchas veces usado para describir un un transtorno mental o algo por el estilo. Pero, cómo es utilizado este término en el día a día?

Citemos algunos ejemplos, bien simples, para ver si puedo transmitir lo que pienso:
- Un chico que camina por la calle, durante un dia de temperaturas bajo cero, vistiendo un traje de baño y una remera. Está loco
- Una chica que, mientras espera el colectivo, está sonriendo y bailando (sin tenerr audífonos en sus oidos). Está loca

Sin darnos cuenta, estamos sumergidos en la cotidianeidad. Con el correr del tiempo adoptamos hábitos, costumbres. Y cuando sin esperarlo, nos cruzamos con una persona que esta fuera de esa esfera, de ese cannon rutinario, nos desestabiliza, nos llama la atención. A veces nos detenemos a mirar, otras sonreimos y seguimos caminando,. También estan aquellas en que exclamamos el "esta loco" que anuncio desde el principio. Y por qué lo decimos? Porque esa persona es diferente. Escapa de los comportamientos a los que estamos acostumbrados, de las estructuras. A veces ese "esta loco" tiene una connotación negativa, asi como despectiva, no nos agrada lo que vemos, muchas veces simplemente por ser diferente. En otra situación es posible que aquella exclamación tenga un acento positivo, de asombro y agrado.

Que bueno sería si, en vez de que se escuche tanto decir a las personas -"juan está loco"-, se escuche más algo asi como - "miralo a ese, es normal". Pero Ojo, no me mal interpreten, porque aca caigo en el peligro de contradecirme, ya que el "normal" es diferente a su manera". Voy a intentar expresarme mejor.

Hay momentos en que reprimimos cierto impulso porque sentimos que no es adecuado comportarnos de cierta manera. Estos "locos" no lo hacen, y eso es lo bueno de ellos. Quieren gritar, gritan. Quieren correr, corren. Ser auténticos, esa es la invitación del día de la fecha. Mostarnos tal como somos y no buscar agradar o encajar aparentando algo distinto a vos mismo. Convertite en el loco, en la loca, no por perder la razón, sino por hacer uso de la misma entendiendo que el qué dirán, no importa. Abramos los ojos

miércoles, 7 de mayo de 2008

"Tenés que ser el cambio que querés ver en el mundo" A.S.

La frase del título es tan simple y tan precisa a la vez.

Nuevamente te quiero invitar a imaginar, a soñar, a fantasear. Qué pasaría si todos los que nos rodean fuesen considerados y respetuosos (valores que rescate en la primer entrada). Viviriamos en armonía creo yo. Pero qué pasa? esto es casi imposible. Por qué digo "casi" ? Porque hay un método. Hay una forma en que la sociedad puede funcionar mejor. Cuál es?
Dar el ejemplo.

Los ejemplos se utilizan para explicar situaciones, para dar a entender un procedimiento, un pensamiento. Que bueno sería que todos pudiesemos ser "ejemplos a seguir", "ejemplos de vida". Esto no es tan dificil como parece. No es necesario ser un santo, ni un científico prestigioso, ni un talentoso atleta. Hay sucesos de la vida cotidiana, que nos perturban, y los podemos cambiar.

A veces, dando el ejemplo, uno se puede sentir, disculpa la palabra, un "boludo". Voy a dar un ejemplo (ves a lo que me refiero): caminando por la calle, ves venir a una persona de frente. Viene comiendo un chocolate y, al terminarlo, tira el papel al piso (teniendo un tacho de basura a solo metros). Vos, caminas hasta el papel, lo levantás y lo tirás. Quizás el que tiró el papel ni se percato (de haberlo hecho se hubiese sentido muy mal y sinceramente creo que la próxima vez lo pensaría dos veces antes de tirar basura al piso), pero te aseguro que alguien te vió. Y ese que te vió es posible que haya pensado: "qué hace? está loco/a... Pero es buena la actitud".

Espero que se haya entendido el ejemplo. Lo que quiero decir es que hay muchas cosas que se hacen mal en nuestra sociedad. Puede ser por falta de educación o sólo porque si. Si te das cuenta que algo está mal, tenés el poder para cambiarlo y mostrarle a los demás cómo hacer lo correcto. No es fácil y además no hay una gran probabilidad de que alguien te lo reconozca. Pero lo que si es seguro, es que te vas a sentir mejor con vos mismo.

El ejemplo del papel es muy sencillo, PENSÁ EN GRANDE. Buscá cambiar esas actitudes que te molestan de otros. Hacé por otros lo que te gustaría que hagan por vos. Y voy a repetir algo que dije en la primera entrada: Dá sin esperar recibir.

Abramos los ojos

lunes, 5 de mayo de 2008

"El sordo cree que los que bailan estan locos" - D.M.

Por qué nos volvemos agradecidos repentinamente después de comparar lo que tenemos con otro? Tan dificil es que abramos los ojos sin que alguien no tenga que ayudar? Tan díficil es volvernos concientes naturalmente sin que algo extraordinario pase? Por qué será que uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde?

Es muy loco como funciona una persona. Quizá se levanta, se viste y sale de la casa todos los dias, con una cara que lo único que hace es trasmitir tristeza. Supongamos que un día se le ocurre visitar a un enfermo o, quizá, tiene una experiencia cercana a la muerte como un accidente. Qué hace esa persona? Probablemente ponga su vida sobre una mesa y diga: "aca hay cosas que cambiar". A partir de ahi se vuelve mas agradecida de la vida, o empieza a ver lo bueno en lo malo.

Imaginemos por un segundo que todas las personas que nos cruzamos en la calle tienen una sonrisa en su rostro. No sería increíble? Dudo que pase pero, como dicen, soñar es gratis no?. Toda persona tiene sus problemas, cosas que le quitan el sueño, que la ponen mal, que le sacan las ganas de levantarse.

Cuál es mi propuesta del día de la fecha? Quiero invitarlos a sonreir. Creo que tenemos muchos motivos para estar mal. Siempre que se los busca, se los encuentra. Pero tambien creo que tenemos muchisimos mas motivos para estar bien. Hay tantos: desde tener una familia, un novio/a, amigos... hasta ser un buen atleta, escritor, músico. Infinitos. No creo que para que uno pueda valorar lo que tiene tenga que mirar a alguien que esta peor. No, eso no. Es posible que muchos necesiten de algo asi, pero no es el único camino.

En lo personal, aprendí a valorar a cada uno de mis amigos; a cada uno de las personas con las que vivo(mi familia); a cada una de las personas con las que comparto horas de estudio. Aprendí a valorar momentos: un mate, una caminata, un silencio. Es díficil. Yo creo que lleva toda la vida aprender a valorar las cosas. Lo bueno esta en intentarlo, en no cruzar los brazos.

Abramos los ojos. Miremos al que tenemos al lado. Contemplemos por lo menos un ratito el lugar en el que estamos.

sábado, 3 de mayo de 2008

Abramos los ojos

Buenas noches, soy nuevo en esta movida del blog asi que vamos a ver que sale.Me presento, va, mejor no. Creo que lo que una persona tiene para decir es mas importante que su identidad.

Simplemente tengo ganas de contar un poco cómo veo a la sociedad; cómo veo a los que me rodean; cómo veo las cosas...
No aspiro a tener seguidores, ni gente que comparta mi punto de vista. Solo quiero escribir y, quizá, leer opiniones.Para dar inicio a este nuevo blog, voy a contar mi punto de vista sobre cierto tema.

Es increible, lo ciegos que somos. O, mejor dicho, que son muchos. Que fácil que es cerrar los ojos. Que fácil que es caminar por donde hay huellas. Que fácil que es la vida cuando no la cuestionamos. Volviendo a la primera afirmación, creo que seria mejor decir, que si somos ciegos, es porque queremosEn una sociedad donde el Estado no cubre todas las necesidades de su pueblo; en una sociedad donde se suele argumentar que la ley que rige es la del "mas fuerte"; en una sociedad donde se hace presente una crisis de valores sorprendente; que difícil es detenerse tan solo cinco minutos a observar a la persona que tengo al lado.

Tantas personas dan sin esperar recibir. Lamentablemente son la minoría, y la verdad es que no sé si llegan a adquirir esa categoria siquiera. El tren.
El tren es un escenario de muestra que me puede servir para graficar lo que quiero decir. La falta de educación es asombrosa. Algo tan básico como pararse a un costado de las puertas para dejar salir, parece un procedimiento bastante complicado para algunos. Una señora embarazada, acompañada de su hijita de cuatro años, no encuentra lugar para sentarse. Un hombre ciego espera en la estación sin que nadie se acerque a ofrecerle una ayuda. Hay una serie de valores tan importantes y no tan dificil de comprender. Solidaridad, respeto, consideracion. No creo que haya que profundizar mucho frente a las situaciones antes presentadas como para poder resolver cómo hay que actuar.

Los invito, hoy Sabado a las 3.55 a.m., a abrir los ojos. Hay muchas cosas que podemos hacer sin requerir de un talento especial. No importa el fin. No importa si lo que se busca es gloria o fama o fortuna. No importa si una persona ayuda a otra para quedar bien. Porque la realidad es que, esa persona ayudó a otro. A eso no hay vuelta que darle. Abramos los ojos.